Emergencia Climática

Pues sí, hay una Emergéncia Climática.
Y ello es seguro, no porque el Secretario General de las Naciones Unidas lo haya dicho, que lo ha hecho.
No porque los científicos más destacados nos alerten de ello, que lo han hecho (desde hace años), sino porque, día sí y otro también, noticias sobre sequías inauditas, incendios a nivel continental y DANAs de todo calibre, se cuelan en la pantalla de inicio del smartfon, entre los de GH, Sálvame y familiares diversos de Preisler, Esteban y cia.
Y eso ya es existir, en un Mundo abducido por el móvil.

Es normal que haya fluctuaciones en el caudal... pero no tan grandes!

(Las lustrosas Cataratas del Lago Victoria (sí, una de las fuentes del Nilo), reducidas a un charquito)

(El Mar Menor, ahora nuevo mar muerto)

(Incendios en Australia)

(Incendios en el Amazonas)

El Tribunal Supremo de Holanda ha dictaminado que el Gobierno Holandés DEBE reducir un 25,% las emisiones de CO2 para el 2025, porque, de lo contrario, estará poniendo en grave peligro la salud de la población, especialmente las nuevas generaciones.
¿Y aquí qué? ¿Para cuando?

Un alarmista, o una alarmista, es una persona inteligente bien informada.

 Y una joven cabreada porque se está quedando sin futuro.

¿Y ahora qué?

Greensleeves or Green leaves?

«Una vez un maestro de escuela repartió unos manuales de gramática a sus alumnos. Al cabo de unos meses pidió que los enseñasen.

Unos los entregaron un poco usados. Otros, casi nuevos, en perfectas condiciones.

Uno de ellos lo devolvió arrugado y con manchas de grasa. 

El maestro le felicitó: Lo has leído y estudiado cientos de veces. Hasta has comido encima mientras estudiabas. Para eso os lo entregué, no para que lo guardaseis como nuevo.» (Esta anécdota está narrada en El maestro de Izgrev, de Aída Kurteff, o quizá en alguno de los libros del M° Omraam).

Sobre los cimientos del pasado construiremos el futuro, entendiendo el presente.

Una versión de la canción tradicional del siglo XVI GREENSLEEVES, aunque a mí me gusta más el título de Green Leaves (¡hojas verdes,y no mangas verdes!)

De la Inglaterra del siglo XVI pasó a Nueva Inglaterra, y las madres se la cantaban a sus hijos... 

La leyenda dice que la compuso Enrique VIII para conquistar a Ana Bolena. Me permitirán que lo dude. No me imagino a ese señor componiendo una canción tan bella, y de tan largo recorrido histórico.

 Tal vez lo encargó a algún romántico músico, que compuso una  canción tan genial como simple, que ha resistido el paso de los siglos y ha sido versionada mil veces.

Yo siempre he pensado, sin ningún fundamento justificable, que las mangas verdes eran de alguna actriz y el autor pudo ser un dramaturgo muy enamoradizo. Sin motivo, ya digo, yo se la adjudicó a un joven Shakespeare.

Las canciones son importantes. Pueden servir de puente para unir los siglos.

Podemos recordar, a través de ellas.

También dice la leyenda que está dedicada a una prostituta, pues ellas llevaban las mangas verdes, a que alude el título.

En todos los vídeos sobre esta canción a las mangas verdes, lo que aparece son hojas verdes, escenarios muy vegetales. Todos coinciden en otorgarle a la canción un significado naturalista. Quizá por la similitud fonética entre Green sleeves y Green leaves, y por la propia melodía.

Es una semana muy apropiada para escucharla.