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viernes, 14 de junio de 2013

Nelson Mandela y otras segregaciones raciales.

'SOY EL MAESTRO DE MI DESTINO, SOY EL CAPITÁN DE MI ALMA' 
( William Ernest Henley escribió el poema Invictus que levantó la moral de Nelson Mandela durante los largos años de prisión, está al final de esta entrada)













En el contexto de la lucha contra la élites y la discriminación, el nombre de Nelson Mandela está escrito en letras de oro.

'Nelson Rolihlahla Mandela (MvezoUnión de Sudáfrica18 de julio de 1918), conocido en su país, Sudáfrica, como Madiba, (título honorífico otorgado por los ancianos del clan de Mandela; también era llamado Tata); abogado y político, fue el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente mediante sufragio universal así como el líder del Umkhonto we Sizwe, el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA).
En 1962 fue arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. Estuvo 27 años en la cárcel, la mayoría de los cuales estuvo confinado en la prisión de Robben Island. Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, Mandela lideró a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994 con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Mandela ganó las elecciones y fue presidente desde 1994 hasta 1999, dando frecuentemente prioridad a su reconciliación.
Recibió más de 250 premios y reconocimientos internacionales durante cuatro décadas, incluido en 1993 el Premio Nobel de la Paz'. (http://es.wikipedia.org/wiki/Nelson_Mandela)

El largo camino hacia la igualdad y la supresión de privilegios tiene muchas facetas. Una de ellas, pero no la única, es la igualdad racial. Y esta lucha tiene muchos hitos y muchos frentes, pero dos de los más importantes son la firma del Decreto de Abolición de la Esclavitud, firmado por el Presidente Abraham Lincoln y la abolición del 'apartheid'.

Para ser fieles a la verdad, hay que decir que la abolición de la esclavitud en Estados Unidos no fue la primera de América: en México se abolió en el año el 1810, en Venezuela en 1851, en Perú  en 1854, y ya en Europa, en la Imperial Rusia se decretó la emancipación de los siervos de la gleva el mismo año que empieza la Guerra de Secesión, es decir, 1861.

Si bien el propio caso de Sudáfrica demuestra que la abolición de la esclavitud no conlleva necesariamente la igualdad racial y social. 
No es hasta 1990 que, tras su liberación, Nelson Mandela comienza el trabajo de conseguir la supresión del apartheid.

De la misma forma, la abolición en Norteamérica no supuso automáticamente igualdad de oportunidades, ni cese de la violencia. El día 4 de abril de 1968 en Memphis, el doctor Martin Luther King fue asesinado por un segregacionista blanco en el balcón del Lorraine Motel en Memphis (Tennessee). Y lo fue tras sus acciones para conseguir la igualdad.

Podríamos recordar a los(y las) muertos pertenecientes a etnias de Brasil y del resto de América que son blanco de asesinos a sueldo, pistoleros a sueldo de compañías expoliadoras del Medio Ambiente, hidroeléctricas, madereras, y demás. Podríamos recordar a los (y las) lakota asesinados y luego apartados de la vida y la cultura de su propia tierra


 podríamos recordar, si hablamos de igualdad racial, a los hijos e hijas mapuche que desean poder estudiar en igualdad de condiciones que los hijos e hijas de clases acomodadas, y en general, a los pertenecientes a las clases humildes de sus distintos países, pero da la casualidad (que no es tal), que muchas de esas clases humildes son 'del color de la tierra' (llámese 'indios', 'nativos' o como se quiera, hijos e hijas de los Pueblos Originarios.

En Brasil, en Argentina, o en donde sea, aquellos que son 'del color de la tierra' siempre están entre las clases más deprimidas.

Podríamos hablar de los y las zapatistas mayas de México.


Ni Lincoln fue el primero en decretar la igualdad, ni los africanos/as y afroamericanos/as son lxs únicxs (ni lxs últimos/as) que han padecido discriminación y segregación.

Que Nelson Mandela se recupere y sea feliz.


El poema:
INVICTUS ( William Ernest Henley) 


Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta. 


Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida. 


Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo. 


No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el maestro de mi destino;
soy el capitán de mi alma 


Original:


Out of the night that covers me, 
Black as the Pit from pole to pole, 
I thank whatever gods may be 
For my unconquerable soul. - 
In the fell clutch of circumstance 
I have not winced nor cried aloud. 
Under the bludgeonings of chance 
My head is bloody, but unbowed. - 
Beyond this place of wrath and tears 
Looms but the horror of the shade, 
And yet the menace of the years 
Finds, and shall find me, unafraid. 
It matters not how strait the gate, 
How charged with punishments the scroll, 
I am the master of my fate; 
I am the captain of my soul. - - 

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