Hoy he leído en La Vanguardia (Barcelona), un artículo sobre Sharismo, sobre Isaac Mao, que explica el concepto de una nueva interacción social, una constatación de la realidad originada por las comunicaciones e Internet. Es muy interesante. La red social es como un cerebro, y ya no se gana al apropiarse de las ideas, sino al compartirlas, se multiplican, y cada parte de la red, nosotros y nosotras, recibimos la recompensa en formas más sutiles y menos crematísticas. Es una alternativa a la forma egoísta y basada estrictamente en el provecho privado en que funciona la sociedad 'tradicional'. En su ensayo "Sharism: A Mind Revolution" expone su teoría, y el lema principal: 'Cuanto menos compartes, menos poder tienes'. Me ha gustado mucho.
De hecho, muchos de nosotros/as, hemos funcionado así toda la vida, pero la sociedad nos ha apartado a un lado. Pero los tiempos están cambiando.
Ahora se trata de compartir nuestras capacidades. "No se enciende una luz y se oculta bajo el celemín". Ya se dijo hace siglos.
Me acuerdo del nombre porque Shar significa flor en árabe. Empecé una novela situada en el Raval de Barcelona donde uno de los protagonistas se llamaba Shar (flor). Consulté un diccionario para encontrar nombres bonitos.
martes, 17 de mayo de 2011
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