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domingo, 20 de marzo de 2011

La Felicidad y su búsqueda

Lo que necesito para ser feliz es el nivel de existencia, me explico:
Si uno /una está situado en determinado nivel interior, lo que hace le satisface. La creatividad le lleva a hacer cosas interesantes, y las situaciones no le agobian. Si, por el contrario, Uno/una está situado en un bajo nivel de existencia, cualquier cosa le molesta, y no encuentra nada interesante que hacer. Eso sucede cuando haces depender tu felicidad de lo externo. Lo externo y lo interno deben ser una sola cosa (pequeño saltamontes), y cuando lo interno está óptimo, lo externo se sitúa en la mejor posición.

De todas formas, cierto grado de infelicidad es natural, y necesario, como motor de la acción. Lo que Es, lo que somos, está por encima y más allá de 'estar bien' o 'estar mal', aunque todos /todas deseamos estar bien, tener salud, sexo, amor, dinero, respeto social, y todo eso, que es necesario y bueno. Lo único que digo es que para conseguirlo no basta lo externo. Es siempre el resultado de haber encontrado tu camino, haberlo seguido, y haber superado innumerables dificultades internas y externas. No hay atajos, creo.

El problema es cuando no tienes ni idea de cuál es el camino, ni si hay un camino o no, y tu vida es penosa. Entonces has de encontrar el sentido en tí mismo/misma, y percibir Tao, Eso, lo que está más allá y por encima de la sensación, pero está en todas las situaciones contigo.

Es el viejo dilema de cómo encontrar algo que es inasible, que no tiene olor, sabor ni color, que está por encima de lo sensible.
Bueno, el dilema es sólo aparente: Eso ya está en tí. Actúa siempre, nunca te abandona. Entonces, ¿qué te impide percibirlo? Lo que hay en tí que no es real, verdadero y auténtico, crea una ilusión mental. Los deseos insatisfechos, el ego... ¡Ah, el viejo enemigo, el Ego! Todos tenemos ego, todos deseamos ser queridos, nadie quiere ser despreciado. Es natural. Pero ese Ego te separa de lo real.

Cuando yo meditaba, me fue de gran utilidad intentar percibir el Viento, (en el desierto, por ejemplo), una vez que yo hubiera muerto. El Ego es inseparable de mí, así que para trascenderlo, he de imaginar el mundo sin mí. Yo no estoy, he muerto en una caravana en el gran desierto, y sopla el viento.... ¿entiendes? El Mundo sigue girando. Mi Ego es ilusorio.

¡Hasta el próximo capítulo, leed mis novelas! (primero tendréis que rogar a los editores que las publiquen) Un saludo cordial.